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domingo, 4 de marzo de 2018

El eterno retorno de lo idéntico



Friedrich Nietzsche, el filósofo del martillo, aquel que se propuso como misión histórica e intelectual la destrucción de los conceptos metafísicos sobre los que se cimentó la cultura de occidente –el mismo que mató al dios cristiano y, por extensión, eliminó la importancia de los dioses en la vida de los hombres–, el filósofo del materialismo del cuerpo frente al idealismo de las mentes y las almas, el pensador solitario de la tragedia y del superhombre… Ese filósofo irreverente al que le sobran las razones transmundanas e inmateriales, acabó instalando todas sus grandes ideas en el refugio teórico del tiempo eterno y la repetición permanente de lo idéntico: todo cuanto ha existido y existirá, todo cuanto es ahora, volverá a repetirse alguna vez bajo la misma forma. Tú, que lees estas palabras ahora mismo. Y yo, que las escribo. Ya hemos existido alguna vez y volveremos a existir siempre, idénticos a como somos ahora, en el mismo sitio, en el mismo momento, con la misma apariencia que ahora tenemos. Así de lapidarias suenan, a escuchas de quienes se acercan a la filosofía de Nietzsche, las palabras que revelan la realidad del eterno retorno.  
Seguro que alguna vez has tenido un déjà vu (sentir que ya has vivido antes una experiencia del presente). La psicología incluye este fenómenos dentro de las paramnesias del reconocimiento, perturbaciones que crean falsos recuerdos o experiencias que el sujeto interpreta como si fueran reales. Ahora bien, según la teoría del Eterno Retorno, sentir que ya has vivido antes el momento presente puede ser indicativo de que, efectivamente, alguna vez en mitad de la inmensidad del tiempo, la misma configuración de la materia que se da ahora tan sólo es la repetición de una configuración material que ya se dio en el pasado. Y que volverá a darse otra vez, en algún momento (en infinitos momentos), en el futuro. 

La teoría del eterno retorno de lo idéntico es, a la vez, una de las expresiones más complejas, oscuras y bellas de la filosofía nietzscheana. ¿Qué es el tiempo? ¿Cómo fluye? ¿Cuál es nuestro papel como habitantes de sus ciclos vigorosos? El tiempo es un círculo donde pasado y presente se dan a la vez, en lo ilimitado, formando parte de una misma cosa. El tiempo es como una serpiente que, al morderse la cola, sitúa pasado y presente en un mismo comienzo y final. El círculo del tiempo es pensado como una onda intramundana, como un anillo de momentos temporales, de “ahoras”: todo cuanto acontece lo hace en el presente, en el pasado y en el futuro; a la vez y siempre, eternamente.  

Nosotros no tenemos por ahora ningún concepto ni ninguna representación que pertenezcan al tiempo mismo. Todos nuestros conceptos temporales tienen una orientación intramundana; no pensamos el todo del tiempo… Pensamos los momentos temporales. Tal vez el pensar la totalidad universal del tiempo resulta posible tan sólo apartándonos constantemente, por así decirlo, de representaciones temporales.

¿Qué significa eternidad del tiempo? Eternidad del tiempo pasado, eternidad del tiempo presente y eternidad del tiempo futuro. Si detrás del ahora yace una eternidad, entonces cada una de las cosas que pueden correr, ¿no tendrá que haber recorrido ya, alguna vez, este espacio que recorremos ahora? No es posible, en modo alguno, un pasado infinito como una cadena infinita de acontecimientos siempre nuevos; si existe un pasado infinito, entonces lo que puede en absoluto suceder ha tenido que haber sucedido ya; nada puede faltar en él, estar todavía por venir, no haber sido ya, en algún momento: una eternidad pasada no puede ser imperfecta, en ella no puede faltar nada. El tiempo no puede tener ya nada fuera de sí mismo: todo cuanto puede ocurrir, todo lo posible, debe haber ocurrida ya en algún momento. La eternidad del pasado exige que haya sucedido ya todo lo que puede suceder, que haya transcurrido ya un tiempo total. De igual manera, un futuro infinito, eterno, exige que en él transcurran todos los acontecimientos intratemporales. Si el pasado y el futuro son concebidos como eternidades, entonces debemos entenderlos como el tiempo total incluyendo todo su posible contenido temporal: hechos, acontecimientos, seres, estados de cosas; realidades posibles.

Todas las cosas, todo lo intratemporal, todo lo que transcurre dentro del tiempo, tiene que haber transcurrido ya siempre y volver a transcurrir una vez más en el futuro, si es que el tiempo es, como pasado y como futuro, el tiempo total. El retorno de lo mismo se basa en la eternidad del curso del tiempo. Todo tiene que haber existido ya, todo tiene que volver a ser. Tal y como dice Nietzsche en Así habló Zaratustra en una de las conversaciones que mantiene con el enano que lleva sobre el hombro y que representa su soledad y su consciencia de sí mismo y de todo lo real:

¡Mira –continué diciendo- este instante! Desde este portón llamado “instante” corre hacia atrás una calle larga, eterna; a nuestras espaldas yace una eternidad. Cada una de las cosas que pueden ocurrir, ¿no tendrá que haber ocurrido, haber sido hecha, haber transcurrido ya alguna vez? Y si todo ha existido ya, ¿qué piensas tú, enano, de este instante? ¿No tendrá también este portón que haber existido ya? Este instante arrastra tras de sí todas las cosas venideras, incluso se arrastra a sí mismo… Pues cada una de las cosas que pueden correr, ¡también por esa larga calle hacia adelante tiene que volver a correr una vez más! Y esa araña que se arrastra con lentitud a la luz de la luna, y tú y yo, cuchicheando ambos junto a este portón, cuchicheando de cosas eternas; ¿no tenemos todos nosotros que haber existido ya? Y venir de nuevo y correr por aquella otra calle, hacia adelante, delante de nosotros, por esa larga, horrenda calle, ¿no tenemos que retornar eternamente? (Friedrich Nietzsche; “Así habló Zaratustra”).


Explicación físico-matemática de la teoría del Eterno Retorno.

El punto de partida es el siguiente: el tiempo es eterno, siempre ha sido y siempre será; pero las posibilidades de combinación de la materia, en cambio, son limitadas. El número de posibilidades es incalculable, sí; pero limitado, al fin y al cabo. Esto quiere decir que si el tiempo es, efectivamente, eterno e ilimitado, alguna vez a lo largo de esa eternidad se tendrán que repetir, forzosamente, las mismas combinaciones de la materia que ya se han dado alguna vez. Todo cuanto puede ser, todo lo posible, ha sido ya alguna vez y volverá a serlo otras veces; y todo se repetirá de modo idéntico a como es ahora, hasta el más mínimo detalle…

Imagina que lanzamos una moneda al aire. Al caer, podemos obtener dos resultados: cara (C) o cruz (X). Repetimos el lanzamiento hasta un total de cuatro veces y obtenemos la siguiente combinación: CCXC.

T1├ CCXC

Hemos obtenido una de las posibles combinaciones (de un total de 16 posibilidades), lo cual quiere decir que si repetimos la tanda inicial (T1) de cuatro lanzamientos podremos volver a obtener el mismo resultado o cualquiera de los otros quince; es decir, el resultado de la tanda 2 puede ser igual al de la tanda 1 o distinto al de la tanda 1:

T2 ├ T1 ˅ ¬T1

Si lanzamos una tercera tanda (T3), podremos obtener el mismo resultado que obtuvimos en la primera tanda o el mismo resultado que obtuvimos en la segunda tanda o un resultado distinto al de las tandas 1 y 2:

T3 ├ T1 ˅ T2 ˅ ¬(T1 ˄ T2)

Si repetimos el ejercicio hasta un total de 16 tandas (número máximo de posibles combinaciones) será posible, aunque poco probable, que ninguna combinación se haya repetido hasta ese momento; pero si hacemos un lanzamiento más (T17) podemos estar seguros de que se repetirá necesariamente alguna de las dieciseis posibles combinaciones. ¿Cuánto tiempo necesitaremos para ver repetida la misma combinación? Poco, porque las posibles combinaciones también son pocas… Cinco minutos, tal vez. Para este caso, no mucho más.


Imaginemos ahora un segundo experimento: extraemos las 12 figuras de una baraja española (4 reyes, 4 caballos y 4 sotas), las mezclamos y las ponemos en fila sobre la mesa. Supongamos que se obtiene la siguiente combinación:

Ro So Sb Cc Rc Ce Se Rb Sc Re Cb Co

Para este experimento existen muchísimas más combinaciones posibles que para el experimento anterior (recordemos que para las monedas había 16 posibilidades). En concreto tendremos: P12 = 12! = 479.001.600 combinaciones de cartas posibles.

Esto quiere decir que si repetimos 479.001.601 veces el experimento de mezclar y poner sobre la mesa las mismas doce cartas (es decir, el número total de posibilidades más una), necesariamente se repetirá alguna de las combinaciones que ya habíamos obtenido antes. ¿Cuánto tiempo necesitaremos esta vez para asegurarnos esta repetición? Calculando que cada tirada se llevaría unos 30 segundos (apróx.), tardaremos… ¡cerca de 455 años! Demasiado tiempo para una persona, mas no para la eternidad.

Ahora bien, ¿cuántas posibles combinaciones puede tener la materia existente en todo el universo? Lógicamente, se trata de una pregunta cuya respuesta exacta no está al alcance de nuestra mano. Eso sí: serán muchísimas, no cabe duda. Muchísimas, pero no infinitas. Digamos que existen p combinaciones posibles para toda la materia que hay en el universo. Pues bien, en el momento en el que tras combinar y recombinar átomos y más átomos alcancemos la posibilidad p+1 podremos estar completamente seguros de que alguno de los posibles estados de cosas que ha existido alguna vez, volverá a repetirse de modo idéntico a como ya lo hizo en su día.

miércoles, 26 de abril de 2017

Encuentros filosóficos para todas las edades en la programación de Cartagena Piensa

Durante los meses de Abril, Mayo y Junio de 2017 seguimos participando en el programa Cartagena Piensa con un nuevo ciclo dedicado íntegramente a la Filosofía.

Para esta ocasión, hemos preparado cuatro encuentros filosóficos para adultos y uno para niños que girarán en torno a las siguientes preguntas:

# ¿QUÉ PUEDO CONOCER? [epistemología]
Viernes 21/Abril/2017 ~ 18:30h. Aula José Hierro.

# ¿CÓMO DEBO ACTUAR? [ética]
Viernes 28/Abril/2017 ~ 18:30h. Aula José Hierro.

# ¿POR QUÉ EL SER Y NO LA NADA? [metafísica]
 Viernes 26/Mayo/2017 ~ 18:30h. Aula José Hierro.

# ¿POR QUÉ ME GUSTAN LAS COSAS BELLAS? [estética]
Viernes 02/Junio/2017 ~ 18:30h. Aula José Hierro.

# TALLER DE FILOSOFÍA PARA NIÑOS (II)
Miércoles 17/Mayo/2017 ~ 18:30h. Biblioteca Infantil.

Todos los talleres serán impartidos por el profesor de filosofía Francisco García Morales y la participación en ellos será gratuita. 

Más información sobre este nuevo ciclo en:
http://cartagenapiensa.es/talleres-filosofia-adultos/

Podéis consultar toda la agenda de Cartagena Piensa en:
http://cartagenapiensa.es/agenda/

jueves, 17 de noviembre de 2016

Feliz Día Mundial de la Filosofía... [17/Nov/2016]


El Día Mundial de la Filosofía se estableció para destacar la importancia de esta disciplina, especialmente de cara a la gente joven, y también para subrayar que «la filosofía es una disciplina que estimula el pensamiento crítico e independiente y es capaz de trabajar en aras de un mejor entendimiento del mundo, promoviendo la paz y la tolerancia.»

Aunque del Día Mundial viene celebrándose desde el 2002, la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) declaró oficialmente su observación en 2005.

La UNESCO lidera este Día, pero destaca que no es su propietaria. Pertenece a cualquiera a quien le interese el pensamiento.

El programa de este año concuerda con el del Día Internacional de la Tolerancia, que se celebra el 16 de noviembre. En este marco, los actos del Día Mundial de la Filosofía Disponible en inglés destacarán la necesidad de nuevas prácticas filosóficas en el mundo actual, fomentarán el diálogo sobre las relaciones con la tolerancia y explorarán nuevas vías para mejorar el acceso a la enseñanza y el aprendizaje filosófico.

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Michel Onfray: un ejemplo de filósofo práctico



Es uno de los filósofos más leídos del momento, enfrentado a derecha e izquierda y a buena parte de los cenáculos culturales de París, en donde suele molestar la audacia de sus propuestas filosóficas. Pasa casi todo su tiempo en Caen. Allí dirige la Universidad Popular que fundó él mismo, y que no explica la filosofía, sino que la pone en práctica. Entre reyertas intelectuales -la más notable fue aquella sobre Sigmund Freud, a quien dedicó un ensayo sencillamente demoledor-, Michel Onfray, cuyo último libro, Pensar el Islam (Paidós), se publica ahora en España, se ha convertido en una voz única en Europa.
Le han llamado “fascista”, “antisemita” e “islamófobo”; lo han acusado de ser “compañero de viaje del Estado Islámico” y, al mismo tiempo, un aliado propicio de diversos movimientos populistas. Le han intentado ningunear llamándole demagogo. “Pero ‘demagogo’ -se defiende él- es el nombre que ahora le dan al puñado de demócratas que aún subsiste”. En Francia Michel Onfray (Argentan, 1959) es en algún sentido un paralelo filosófico del novelista Michel Houellebecq: tan polémico y tan leído como él.

Autor de la celebrada Contrahistoria de la Filosofía en varios tomos, considera Onfray que lo que no le perdona “la prensa políticamente correcta” (“quieren acabar conmigo”, dice) es su denuncia de la culpa que, según él, tiene la izquierda francesa en la emergencia del Frente Nacional de Marine Le Pen. El origen del éxito de este partido, dice, está en las “sucesivas traiciones” de Mitterrand a “la verdadera izquierda” (hay dos, asegura, una interior y otra exterior: la asunción del programa de austeridad de los conservadores en 1983 y el alineamiento “con el belicismo de la familia Bush” en 1991). “Ya se sabe que, cuando el sabio señala la luna, el necio mira el dedo -explica el filósofo francés en conversación con El Cultural-. Numerosos necios miran hoy el dedo, que es el populismo, e ignoran la luna, que es el desplome de la izquierda, en el totalitarismo por un lado y en el mercado, por el otro. Si se pretende luchar contra el populismo, hay que luchar contra lo que lo alimenta: en Francia, Le Pen es el puro producto de los socialistas”. Este contexto hostil es importante, pues explica por qué el ensayo que este 8 de noviembre publica Onfray en España, Pensar el Islam (Paidós), sale a la venta ahora y no hace un año, a pesar de que ya estaba entonces más que escrito. “Como a finales de 2015 me veía obligado a hablar cubierto de escupitajos, a pensar cubierto de insultos, a reflexionar cubierto de injurias, a analizar cubierto de invectivas, decidí posponer Pensar el islam, dado que la fecha prevista coincidía con la conmemoración del primer aniversario de los atentados de Charlie Hebdo”, explica el autor en el prólogo.

Uno de los vectores del pensamiento de Onfray, que se considera a sí mismo un pensador “libertario” y “hedonista”, es su crítica a todas las religiones, que reduce a meras ficciones. El filósofo se niega a admitir el recurrente argumento occidental de que “el terrorismo islámico no tiene nada que ver con el Islam”. Y se indigna: “¿Con qué tiene que ver entonces? ¿Ni siquiera es posible decir que tiene que ver con una desviación del Islam, con una desfiguración del Islam, con una lectura falsa y errónea del Islam? No, nada que ver, nos dicen”.

“Los medios dominantes repiten a coro -prosigue el autor de Estética del Polo Norte-, y con ellos la clase política, la cantinela de un Islam que es ‘religión de paz, de tolerancia y de amor’. ¡Es preciso no haber leído nunca el Corán, los hadices del Profeta y su biografía para atreverse a defender semejante cosa! Si uno aduce esos textos pasa por un literalista islamófobo. La publicación de mi Tratado de ateología hace diez años me mostró la magnitud del desastre. ¡Y al mismo tiempo la incultura de los que más que islamófilos son liberticidas!”

Pregunta.- Si todos los monoteísmos profesan, como usted afirma en sus libros, el mismo odio a nuestras pulsiones y pasiones, ¿por qué en las sociedades judeocristianas se ha logrado un respeto a esos derechos y pulsiones mayor que en las sociedades del Islam?

Respuesta.- Eso es sencillamente porque el Antiguo y el Nuevo Testamento son textos sagrados, es cierto, pero están redactados por hombres. Por eso se les puede criticar, enmendar, comentar e interpretar y se los puede hacer evolucionar sin cometer sacrilegios, mientras que el Corán, para aquellos que creen, es un texto directamente dictado por Dios al Ángel Gabriel. Es, por tanto, la palabra de Dios en sí misma. Y está fijada desde el siglo VII.
Dominación judeocristiana

P.- ¿No forman parte del hombre los temores y dudas que conducen a la religión?

R.- Desde luego. Creo que el miedo a la muerte dicta la ley y que se puede contestar a este miedo de dos maneras: con la religión, que propone las ficciones del más allá y afirma que la muerte no es una muerte sino una supervivencia que podemos alcanzar si vivimos como monjes. O con la filosofía, que afirma que no hay más que un mundo, el nuestro, y que hay que vivir de tal manera que, al desaparecer, no nos arrepintamos de nada. “Filosofar es aprender a morir”, como decía Cicerón citado por Montaigne. Yo creo en el poder y la utilidad de la filosofía.

P.- Vendió más de 200.000 ejemplares de su Tratado de Ateología en Francia. ¿Qué carencia de los lectores cree que vino a cubrir ese libro?

R.- La gente está harta de tener que elegir entre dos ficciones: la del Judeocristianismo y la del Islam. Así que desean escuchar un discurso escrito en una tradición, la de la Ilustración del siglo XVIII, que explique el mundo sin cuentos infantiles.

P.- En Contrahistoria de la filosofía arremete contra esa tradición, en gran medida impregnada de religión, que ensombreció a muchos autores.

R.- Claro, yo reivindico a los filósofos que, a lo largo de siglos de dominación judeocristiana, han sido olvidados, rechazados, despreciados o criticados con violencia y evidente mala fe, por la tradición idealista, espiritualista y religiosa. Quería hacer justicia con los perdedores.

P.- ¿No cree que el tiempo pone en su sitio las obras filósoficas o estéticas?

R.- No, el tiempo no tiene nada que decir si lo que predomina es la falsificación y la mentira. Veinte siglos de calumnias no pueden transformarse un día en una verdad. En algún momento, esta capa tiene que romperse para que descubramos que, detrás de ella, hay todo un mundo relegado a la basura de la historia por su incompatibilidad con la ideología dominante.

P.- “Se ha instalado una inmensa biblioteca entre los hombres y el cosmos, la naturaleza, lo real”, ha escrito. 

R.- Devolver la filosofía a la calle, sí, ¿pero cómo?R.- Devolver la filosofía a la calle no consiste en “hacer la calle”, como creen tantos filósofos jóvenes que lo que pretenden es hacer negocio con esta idea. La educación popular que yo defiendo propone lo contrario: no hay que rebajar la filosofía, ni a las personas -una terrible confusión izquierdista-, sino elevar a éstas a la altura de la filosofía. Hay que ir directamente al texto, dejarse de glosas y olvidarse de los libros que están más pendientes de los conceptos que del mundo en sí. Y hablar con simplicidad y claridad.

P.- ¿En qué momento se produce la mayor separación entre la filosofía y la sociedad?

R.- Con Sócrates la filosofía es popular: se dirige a los que están en el Ágora. Los romanos se dirigen igualmente a los que están en el Foro. Es con el Cristianismo cuando la filosofía se convierte en un asunto de curas encerrados en sus gabinetes, de técnicos anclados a sus escritorios, de profesores intoxicados por sus bibliotecas. Yo los llamo “los buscadores de tres pies al gato”. Algunos filósofos del Renacimiento devolvieron a la filosofía ese carácter popular. En Francia escribieron en francés y no en latín: pienso en Montaigne, o en Descartes, un siglo después. Toda la filosofía francesa de la Ilustración es legible y popular. Se vuelve técnica de nuevo con el Idealismo alemán y la Fenomenología alemana. La French Theory (Deleuze, Derrida, Foucault, Lacan, Althusser) fue el final de este fenómeno, una filosofía destinada a un puñado de discípulos fascinados por el lenguaje ilegible e incomprensible del gurú…

P.- ¿Y qué consecuencias tiene esto a pie de calle?

R.- La consecuencia es que estamos desorientados, que ya no sabemos que vivimos en el cosmos y no en los libros que explican el cosmos. Hoy accede mejor a la sabiduría un iletrado que la busca que un letrado perdido en sus manuscritos. Uno no es filósofo porque explique a un filósofo. Esa es una manía de los profesores de filosofía. Filosofar es pensar tu vida y vivir tu pensamiento.

P.- ¿Cree que habría llegado a esa conclusión de no haberse criado usted en el campo?

R.- No creo. El origen familiar de los filósofos es un elemento clave en su cosmovisión.

P.- “El poder sobre uno mismo es preferible al poder sobre los otros y sobre el mundo”, ha dicho. ¿Sería este un buen resumen de su pensamiento?

R.- Es una magnífica definición, sí. Es la definición del libertario.

P.- ¿Qué vínculo tienen en ese pensamiento libertario el hedonismo y el anarquismo?

R.- El hedonismo propone disfrutar la vida, pero añade que disfrutar no es legítimo si provoca la infelicidad del otro. El anarquismo es la forma política del hedonismo: propone alcanzar la mayor cota de felicidad posible para el mayor número posible de ciudadanos. Para llevarlo a cabo hay que intercambiar las viejas lógicas de “dominación / servidumbre” por otras como “cooperación / fraternidad”.

P.- ¿Tiene relación el ascenso de los extremismos políticos con el embrutecimiento que usted denuncia?

R.- Cuando el liberalismo dicta la ley por todas partes, la dicta también en los colegios, la cultura y los medios. Desde hace un cuarto de siglo, la sociedad produce en cadena individuos sin cultura, sin conocimiento, sin memoria, sin espíritu crítico. La izquierda y la derecha gubernamentales son igualmente responsables de este nihilismo generalizado.
“Amo a sancho panza”

P.- Ha publicado hace poco en Francia un libro sobre el Quijote. ¿Qué representa para usted el personaje de Cervantes?

R.- El título, Le réel n’a pas eu lieu (“La realidad no ha existido”) le dará una pista. Esa es la principal norma del Quijote. Don Quijote es el prototipo del intelectual que no ve la realidad ya que prefiere las ideas, aunque éstas distorsionen su experiencia. Allí donde hay molinos de viento, el obseso de las novelas de caballería ve caballeros amenazantes. Mi libro es una total declaración de amor a Sancho Panza, que es empírico, hedonista y materialista. Ve la realidad como es y se burla de las divagaciones de su amo.

P.- ¿Es la provocación un recurso legítimo del filósofo? ¿Ha sido usted conscientemente provocador para lanzar con más fuerza algunas de sus ideas?
 

R.- Me niego a ser considerado un provocador. Para mí un provocador es alguien que, al margen de sus ideas, solo pretende ser escuchado. Nunca he tenido ideas extremas. Solo he tratado de pensar en un mundo que prefiere creer en los ansiolíticos, los somníferos o los antidepresivos antes que en la fuerza del pensamiento. No es mi culpa si, en Francia, todo lo que sale del letargo intelectual se considera una provocación.

P.- ¿Cómo vivió la polémica que generó su libro sobre Freud? Los ataques fueron violentísimos, y por parte, además, de lectores de sus otros libros.

R.- A los psicoanalistas que, gracias a Freud, ganan mucho dinero que luego ocultan a hacienda, no les gustó que remitiese al texto en el que su héroe justifica esta práctica (Freud defendía el pago en efectivo por sesión). Tampoco les gustó que citara los textos en los que Freud alaba a Mussolini o a Dollfuss, el canciller fascista de Austria. No apreciaron que citase las cartas en las que Freud sostiene que hay que trabajar con los nazis para que el psicoanálisis sobreviva durante el Tercer Reich. Tampoco les gustó que me acordara del último Freud, el que reconoce que el psicoanálisis no cura pacientes, pero es una fórmula estupenda para ganar dinero. No les gustó nada, en fin, que citara a un Freud que ellos no leen, pues se dedican solo a venerarlo, un Freud que resulta ser un mentiroso, un falsificador y un intrigante. Por eso, en vez de refutar mis análisis, han preferido el ataque ad hominem y los insultos.

lunes, 23 de mayo de 2016

La filosofía, matemática de las letras

por ISIDORO REGUERA (catedrático de filosofía de la Universidad de Extremadura).
Publicado originariamente en El periódico de Extremadura el 19/Mayo/2016.

Así como la matemática es el lenguaje universal de las ciencias, la filosofía es, en el mismo sentido, el de las letras. Ambas formalizan, conceptualizan, estructuran lógicamente y dan universalidad al pensamiento en ambos campos del saber. Y si en la educación secundaria la matemática es una asignatura instrumental, o competencia clave, junto con la lengua (que es el lenguaje universal de la vida, de sus ocios y negocios), la filosofía debería formar una trinidad sagrada educativa con ellas. Ninguna otra asignatura es capaz de hacer operativo el pensamiento científico, literario y humano como ellas, fundarlo en el estado actual de la evolución superior general de la mente humana, ninguna otra es crucial y necesaria al nivel esencial y básico de agilidad conceptual del quehacer y de la gracia intelectual de una persona.

Seguro que en este sentido Guillermo Fernández Vara , médico de formación, nos confesaba a una compañera de bachillerato y a mí, en un encuentro casual en Mérida, meses antes de ser elegido para este segundo mandato, que únicamente la asignatura de filosofía le había enseñado a pensar. Lo dijo muy convencido, como recordando una experiencia real. Creo que un tanto se le nota en su actividad política el fondo que le debió dejar aquella experiencia. Como creo que se nota en su nuevo y confeso talante, al menos cuando lo confesaba al principio y por el hecho de confesarlo, otro fondo filosófico que recordamos aquel día. El de la melancolía aristotélica, distintiva luego en la historia de todo gran quehacer humano, en política como en cualquier cosa: la inanidad definitiva del negocio humano, la superconsciencia, un tanto irónica, de lo inaccesible del ideal pero de la necesidad de vivir por él a pesar de todo, a pesar de saberlo tal, porque, si no, no tiene sentido nada, las cosas son muy cutres.

Sí, no está mal la lección filosófica de aquel encuentro fortuito emeritense: pensar y melancolía. La filosofía es superconsciencia de ambas cosas, juntas. Melancolía por tener que pensar dentro de una lógica siempre asintótica a la vida. Pensar movido por la melancolía de ser así, consciente a cada instante del hecho irrebasable de poder existir y actuar solo en esas condiciones melancólicas de pensar. Sí, efectivamente, un buen fondo esta consciencia también para toda acción política, aunque parezca inverosímil en la degradada posdemocracia de hoy y en sus ínclitos representantes. Y una elegante compañera de viaje, en general, en el artificio virtual de nuestra ilustre condición actual de vida de netizens en camino a cyborgs.

LA FILOSOFIA da que pensar al intelectualmente sensible, al que no lo es solo le produce una sonrisa de estúpida suficiencia. De modo que, además de todo lo demás, la sensibilidad por la filosofía es buena medida de la sensibilidad en general de una persona. Sucede, por ejemplo, que aquellos alumnos que dicen que se les "atraviesa" la filosofía no suelen ser en general los mejores. A pesar del profesor, por ejemplo, y si es el caso, la filosofía, más que otras asignaturas, se impone por sí misma, por su nivel de consideración de las cosas, a las mentes jóvenes, menos adocenadas, despiertas.

Como las matemáticas en ciencias, en la educación secundaria se necesita una asignatura de letras realmente difícil, en tanto abstracta, que desbroce hacia el concepto las mentes de la gente de esa edad. Nunca lo agradecerán suficiente en la vida. En los másteres de dirección de empresas americanos, y en alguno de los más famosos de aquí, al menos hace años, siempre había alguna asignatura de filosofía. Enseña a ordenar las ideas, graduar su valor lógico y su eficacia retórica, y en ese sentido a superar entrevistas de trabajo y a dirigir empresas, incluso. Eso me confirmaba esta Semana Santa, agradecida, una brillante antigua alumna mía de filosofía en la licenciatura de historia, directora hoy en Londres del departamento organizativo de una multinacional española técnica, llena de ingenieros de caminos y otros vericuetos: la que diseña y construye aves por el mundo.

Respecto a otros valores ineludibles de la filosofía: coadyuvar al civismo, convivencia, ciudadanía y democratización, reflexión crítica y diálogo, exponer las cuestiones básicas que laten bajo las ciencias, la economía, las letras, el arte, la religión, etc., han escrito, y muy bien, quienes estos días publican cosas sobre la entidad de la filosofía, defendiéndola de las desastrosas arbitrariedades de la ley del inefable Wert , hoy por cierto irresponsablemente escabullido de sus responsabilidades al respecto en su dorado retiro de Paris, creo. Los políticos de esta tierra parecen haber entendido el clamor del pueblo enseñante (¡gracias!), manifestado razonada y razonablemente por las propuestas de profesionales entendidos, responsables y valientes, preocupados sobre todo por sus alumnos y por el nivel de la enseñanza y educación de este, en este aspecto, sufrido y sufridor país.


viernes, 15 de abril de 2016

La conquista de la felicidad [contenidos del taller programado para el 14 de Mayo]


-LA CONQUISTA DE LA FELICIDAD-
Técnicas, estrategias, reflexiones y perspectivas para una vida feliz

Taller de filosofía práctica y desarrollo personal a cargo de 
FRANCISCO GARCÍA MORALES (licenciado en Filosofía y docente)

Fecha: sábado 14 de Mayo de 2016
 Horario: de 10h a 14h
 Precio: 35 €/persona y 50 €/pareja
 Lugar: ÁgoraFEC. C/ Santa Virginia, 20 (detrás de la gasolinera de Barrio Peral). 30300-Cartagena
 Información e inscripción: 691 787 558 // agora.fec@gmail.com

Orientado a: personas que quieran mejorar su calidad de vida y alcanzar una existencia más feliz a través del autoconocimiento, la reflexión y el desarrollo pleno de sus capacidades personales.


CONTENIDOS DEL TALLER

1ª parte
 ¿Qué es la felicidad? Aproximaciones subjetivas para una definición objetiva
La irracionalidad de las emociones: la felicidad como estado mental
Aspectos antropológicos y culturales de la felicidad
La reflexión filosófica sobre la felicidad
 Ejercicio práctico: ¿Qué necesito para ser feliz?

2ª parte
 La felicidad en la Historia de la Filosofía: Antigüedad, Edad Media, Renacimiento, Modernidad y Época Contemporánea
Reflexiones actuales en torno a la felicidad
Otras perspectivas sobre la felicidad: psicología, antropología, religión, orientalismo y ciencia
 Ejercicio práctico: Lectura y comentario de textos sobre la felicidad.

3ª parte
 Los ingredientes de la felicidad: emoción, esperanza, existencia, disfrute y relación con el entorno
Los enemigos de la felicidad: presente y pasado
 Ejercicio práctico: La fórmula de la felicidad.


viernes, 11 de marzo de 2016

LA CONQUISTA DE LA FELICIDAD. Taller de desarrollo personal y filosofía práctica. [14/Mayo/2016]

En ÁgoraFEC organizamos este nuevo taller dentro de nuestro programa de filosofía práctica.

Está orientado a todas aquellas personas que quieran mejorar su calidad de vida y alcanzar una EXISTENCIA MÁS FELIZ a través del autoconocimiento, la reflexión, el diálogo y el desarrollo pleno de sus capacidades personales.

El taller se compone de una sesión teórica (3 horas) y otra práctica (1 hora):

-Sesión TEÓRICA. Exposición de las principales perspectivas filosóficas sobre la felicidad. Aunque nuestro punto de partida será la filosofía occidental, también prestaremos atención a otros planteamientos procedentes de la filosofía oriental, la psicología, la religión o la antropología.

-Sesión PRÁCTICA. Trabajaremos los aspectos más concretos y personales de aquello que cada uno de nosotros considera una vida feliz.

Ambas sesiones estarán dirigidas por un profesional de la filosofía y la docencia que facilitará tanto la reflexión, individual y colectiva, como el diálogo entre los participantes. 


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FECHA: sábado 14 de Mayo de 2016

HORA: de 10h a 14h (turno de mañana) y de 16h a 20h (turno de tarde) [máximo 8 participantes por turno]

PRECIO: 35 €/persona (precio especial para parejas: 50 €)

LUGAR: ÁgoraFEC. C/ SANTA VIRGINIA, 20 (detrás de la gasolinera de Barrio Peral). 30300, Cartagena.

INSCRIPCIÓN e INFORMACIÓN: 691 787 558 // agora.fec@gmail.com

[el plazo para apuntarse finaliza el día 9 de Mayo]


 

viernes, 20 de noviembre de 2015

La Filosofía, una escuela de la libertad.

Con motivo del Día Mundial de la Filosofía (19 de Noviembre), compartimos con todos vosotros este interesantísimo texto sobre la enseñanza y el aprendizaje de la Filosofía en distintas etapas de la vida humana. Desde la edad preescolar hasta la edad adulta pasando por la enseñanza Primaria, Secundaria, Universidad... y también a nivel práctico, cómo no, fuera del ámbito estrictamente académico.

La Filosofía como escuela de libertad. La Filosofía como necesidad del ser humano para encontrarse a sí mismo y para saber cuál es su papel en el mundo. La Filosofía como herramienta para dotar de sentido nuestras vidas y proporcionarnos una formación integral como individuos y como sociedad.

Desde ÁgoraFEC os deseamos una feliz lectura y un feliz postdía mundial de la filosofía.

LA FILOSOFÍA. UNA ESCUELA DE LA LIBERTAD. Enseñanza y aprendizaje del filosofar: situación actual y perspectivas de futuro.
http://unesdoc.unesco.org/images/0019/001926/192689S.pdf

jueves, 23 de julio de 2015

HUME. Noción 1: IMPRESIONES E IDEAS. [Historia de la Filosofía, 2º de Bachiller]



Todo contenido mental es, para Hume, una percepción. Estas percepciones se dividen en dos: impresiones, cuando son el resultado de sentir, e ideas, cuando son el resultado de pensar. Esto supone una novedad con respecto a otros autores anteriores que, como Descartes o Locke, llamaban idea a cualquier contenido de nuestra mente, de modo que la distinción entre aquellas ideas que proceden de la experiencia y aquellas otras que proceden del pensamiento no quedaba del todo clara.

a) IMPRESIONES. Son los datos de nuestra experiencia: los sentidos (impresiones de sensación), las emociones y las pasiones (impresiones de reflexión). Llegan a nuestra conciencia con mayor fuerza y vivacidad que las ideas, de un modo más claro y directo. En ellas encontramos el origen de nuestro conocimiento, ya que para Hume, como buen empirista, todo conocimiento procede de la experiencia.

Hay dos tipos de impresiones:

1. Impresiones de sensación. Son los elementos de la experiencia externa. Se perciben por los sentidos y tienen su origen en el mundo exterior. En ellas incluimos todo tipo de sensaciones: calor-frío, dolor-placer, colores, sonidos, sabores, texturas, tamaños, formas… Estas impresiones van dejando en nuestra mente huellas o copias del original que, más tarde, nuestra memoria y nuestra imaginación serán capaces de recrear, dando lugar a las correspondientes ideas de calor-frío, dolor-placer, colores…

2. Impresiones de reflexión. Son los elementos de la experiencia interna. Son las emociones y las pasiones que se despiertan en nuestra mente cuando pensamos en algo. Las ideas de calor-frío, por ejemplo, no nos calientan ni nos enfrían pero sí pueden despertar en nosotros el deseo de calentarnos o refrescarnos. Se trata de la mente percibiéndose a sí misma.

b) IDEAS. Son copias de las impresiones, imágenes o huellas debilitadas que van quedando en nuestra mente como un rastro de la experiencia.

Al igual que ocurre con las impresiones, también existen dos tipos de ideas:

1. Ideas de la memoria. Son reproducciones fieles de las impresiones, que aparecen en nuestra mente tal y como se dieron en la experiencia.

2. Ideas de la imaginación. Se forman por asociación o alteración de nuestras ideas de la memoria.

Básicamente, la distinción entre impresiones e ideas se corresponde con la diferencia que existe entre la percepción del dolor cuando nos damos un golpe y la percepción de ese mismo dolor cuando recordamos, más tarde, el golpe que nos hemos dado.

Tanto las impresiones como las ideas pueden subdividirse en simples y complejas: las impresiones e ideas simples son aquellas que no pueden descomponerse en otras impresiones e ideas más sencillas; las impresiones e ideas complejas, por su parte, estarían formadas por la suma de dos o más impresiones o ideas simples. Veamos esto con el siguiente ejemplo:

-Impresión simple 1. Color blanco de una superficie cubierta por la nieve.
-Idea simple 1. Recuerdo del color blanco.

-Impresión simple 2. Formas cubiertas por la nieve, tales como edificios, coches, árboles…
-Idea simple 2. Recuerdo de las formas anteriores.

-Impresión compleja. Una ciudad nevada.
-Idea compleja. Recuerdo de una ciudad nevada.

Ahora bien, ¿de qué modo asociamos ideas en nuestra mente? Hume opina que existe una fuerza parecida a la atracción gravitatoria que afecta a los cuerpos, y dicha fuerza afectaría a las ideas de un modo parecido. Para explicar esto, establece tres principios o leyes de asociación entre ideas:

I. Semejanza. Asociamos ideas que tienen cierta semejanza entre sí. Una imagen en una fotografía, por ejemplo, nos conduciría al modelo original de esa foto. Del mismo modo, la idea de caballo puede conducirnos a la idea de cebra por el parecido existente entre estos dos animales.

II. Contigüidad espacio-temporal. Las ideas también pueden asociarse por encontrarse próximas en el tiempo o en el espacio; es decir, cuando las ideas relacionadas se corresponden con impresiones que han ocurrido en un mismo lugar o en un mismo momento (o en lugares y momentos cercanos). El recuerdo de un viaje a África puede traer a mi memoria el recuerdo de las cebras que había allí, ya que ambas ideas están relacionadas con impresiones que ocurrieron en un mismo momento y en un mismo lugar.

III. Causalidad. Entre las ideas también existe una relación de causa y efecto, de modo que el recuerdo de una puede conducirnos a la otra. Si recuerdo una lesión que me hice hace tiempo, puedo asociar esa idea tanto a su causa (una caída) como a su efecto (el dolor que me provocó). Entre cada una de estas tres ideas existe una relación de causalidad que se podría extender a lo largo de una cadena más larga de causas y efectos.  

Francisco García Morales
Profesor de Filosofía