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jueves, 23 de julio de 2015

HUME. Noción 1: IMPRESIONES E IDEAS. [Historia de la Filosofía, 2º de Bachiller]



Todo contenido mental es, para Hume, una percepción. Estas percepciones se dividen en dos: impresiones, cuando son el resultado de sentir, e ideas, cuando son el resultado de pensar. Esto supone una novedad con respecto a otros autores anteriores que, como Descartes o Locke, llamaban idea a cualquier contenido de nuestra mente, de modo que la distinción entre aquellas ideas que proceden de la experiencia y aquellas otras que proceden del pensamiento no quedaba del todo clara.

a) IMPRESIONES. Son los datos de nuestra experiencia: los sentidos (impresiones de sensación), las emociones y las pasiones (impresiones de reflexión). Llegan a nuestra conciencia con mayor fuerza y vivacidad que las ideas, de un modo más claro y directo. En ellas encontramos el origen de nuestro conocimiento, ya que para Hume, como buen empirista, todo conocimiento procede de la experiencia.

Hay dos tipos de impresiones:

1. Impresiones de sensación. Son los elementos de la experiencia externa. Se perciben por los sentidos y tienen su origen en el mundo exterior. En ellas incluimos todo tipo de sensaciones: calor-frío, dolor-placer, colores, sonidos, sabores, texturas, tamaños, formas… Estas impresiones van dejando en nuestra mente huellas o copias del original que, más tarde, nuestra memoria y nuestra imaginación serán capaces de recrear, dando lugar a las correspondientes ideas de calor-frío, dolor-placer, colores…

2. Impresiones de reflexión. Son los elementos de la experiencia interna. Son las emociones y las pasiones que se despiertan en nuestra mente cuando pensamos en algo. Las ideas de calor-frío, por ejemplo, no nos calientan ni nos enfrían pero sí pueden despertar en nosotros el deseo de calentarnos o refrescarnos. Se trata de la mente percibiéndose a sí misma.

b) IDEAS. Son copias de las impresiones, imágenes o huellas debilitadas que van quedando en nuestra mente como un rastro de la experiencia.

Al igual que ocurre con las impresiones, también existen dos tipos de ideas:

1. Ideas de la memoria. Son reproducciones fieles de las impresiones, que aparecen en nuestra mente tal y como se dieron en la experiencia.

2. Ideas de la imaginación. Se forman por asociación o alteración de nuestras ideas de la memoria.

Básicamente, la distinción entre impresiones e ideas se corresponde con la diferencia que existe entre la percepción del dolor cuando nos damos un golpe y la percepción de ese mismo dolor cuando recordamos, más tarde, el golpe que nos hemos dado.

Tanto las impresiones como las ideas pueden subdividirse en simples y complejas: las impresiones e ideas simples son aquellas que no pueden descomponerse en otras impresiones e ideas más sencillas; las impresiones e ideas complejas, por su parte, estarían formadas por la suma de dos o más impresiones o ideas simples. Veamos esto con el siguiente ejemplo:

-Impresión simple 1. Color blanco de una superficie cubierta por la nieve.
-Idea simple 1. Recuerdo del color blanco.

-Impresión simple 2. Formas cubiertas por la nieve, tales como edificios, coches, árboles…
-Idea simple 2. Recuerdo de las formas anteriores.

-Impresión compleja. Una ciudad nevada.
-Idea compleja. Recuerdo de una ciudad nevada.

Ahora bien, ¿de qué modo asociamos ideas en nuestra mente? Hume opina que existe una fuerza parecida a la atracción gravitatoria que afecta a los cuerpos, y dicha fuerza afectaría a las ideas de un modo parecido. Para explicar esto, establece tres principios o leyes de asociación entre ideas:

I. Semejanza. Asociamos ideas que tienen cierta semejanza entre sí. Una imagen en una fotografía, por ejemplo, nos conduciría al modelo original de esa foto. Del mismo modo, la idea de caballo puede conducirnos a la idea de cebra por el parecido existente entre estos dos animales.

II. Contigüidad espacio-temporal. Las ideas también pueden asociarse por encontrarse próximas en el tiempo o en el espacio; es decir, cuando las ideas relacionadas se corresponden con impresiones que han ocurrido en un mismo lugar o en un mismo momento (o en lugares y momentos cercanos). El recuerdo de un viaje a África puede traer a mi memoria el recuerdo de las cebras que había allí, ya que ambas ideas están relacionadas con impresiones que ocurrieron en un mismo momento y en un mismo lugar.

III. Causalidad. Entre las ideas también existe una relación de causa y efecto, de modo que el recuerdo de una puede conducirnos a la otra. Si recuerdo una lesión que me hice hace tiempo, puedo asociar esa idea tanto a su causa (una caída) como a su efecto (el dolor que me provocó). Entre cada una de estas tres ideas existe una relación de causalidad que se podría extender a lo largo de una cadena más larga de causas y efectos.  

Francisco García Morales
Profesor de Filosofía 

martes, 27 de enero de 2015

DESCARTES. Noción 3. Pensamiento e ideas. [Apuntes de Filosofía, 2º de Bachiller]

    En Descartes pensamiento viene a ser sinónimo de contenido consciente. Pensamiento y conciencia tienen la misma extensión, no hay lugar en el cartesianismo para el inconsciente. Por “pensar” entiende “todo lo que se produce en nosotros y que percibimos inmediatamente por nosotros mismos; no sólo entender, querer, imaginar sino también sentir”. De todos estos contenidos tenemos una percepción inmediata, o todas estas vivencias tienen el atributo de la consciencia.

    El pensamiento es el atributo o esencia del alma o res cogitans. Si dejara de pensar, en ese mismo momento dejaría de existir" (2eMéd.). En el pensamiento tenemos ideas confusas o percepciones que requieren la cooperación del cuerpo, e ideas claras y distintas las cuales tienen su origen en la razón. Un trozo de cera tiene color, olor, dureza, sabor.., si lo calentamos hasta fundirla, cambian todas sus cualidades, pero sigue siendo cera, esto no lo reconozco por los sentidos, sino por el entendimiento, sé que es cera, a pesar de todos las transformaciones que pueda tener, porque capto una cualidad esencial: su extensión. La extensión no depende de los sentidos, pues puede variar con la temperatura. Estas nociones claras y distintas constituyen el objeto del conocimiento. 

    Descartes divide las ideas en ideas adventicias, facticias e innatas.

Ideas adventicias se producen por la acción del mundo exterior sobre nuestros sentidos. Son las ideas que dan lugar al conocimiento sensible.

Ideas facticias son consecuencia del poder de nuestra imaginación. Las construye la mente a partir de otras ideas. Puedo imaginar un ser formado por el cuerpo de un perro y la cabeza de un dragón.

Ideas innatas son las que se encuentran en nuestra mente antes de cualquier experiencia sensorial del mundo. La más importante es la idea de Infinito o Dios. Han sido implantadas en nuestra mente por Dios. Descartes no limitó lo innato a los conceptos, también consideró que hay principios innatos o verdades eternas, por ejemplo: “cosas que son iguales a una misma cosa, son iguales entre sí”, o “de la nada nada sale”. Estas verdades no pueden descansar en la experiencia sino en la razón.
Las ideas innatas no están en nuestra mente siempre a nuestra disposición. El niño no tiene el concepto de Dios. Tenemos una potencialidad innata por la cual conocemos a Dios; la idea de Dios es producida de forma natural por la mente.

Todas las ideas son en un sentido semejantes y en otro distintas: la idea de mesa es semejante y distinta a la idea de color, es semejante en la medida en que ambas son ideas, pero es distinta porque una representa una mesa, es decir, representa una substancia, y otra representa el color, es decir, representa un accidente; la realidad objetiva de cada idea es distinta; podemos hablar de unas ideas más perfectas que otras, perfección que les viene dada de la perfección que cabe atribuir a lo representado en ellas: así la idea de ángel es más perfecta que la idea de libro, porque los ángeles son más perfectos que los libros.