Mostrando entradas con la etiqueta nociones. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta nociones. Mostrar todas las entradas

martes, 27 de enero de 2015

DESCARTES. Noción 3. Pensamiento e ideas. [Apuntes de Filosofía, 2º de Bachiller]

    En Descartes pensamiento viene a ser sinónimo de contenido consciente. Pensamiento y conciencia tienen la misma extensión, no hay lugar en el cartesianismo para el inconsciente. Por “pensar” entiende “todo lo que se produce en nosotros y que percibimos inmediatamente por nosotros mismos; no sólo entender, querer, imaginar sino también sentir”. De todos estos contenidos tenemos una percepción inmediata, o todas estas vivencias tienen el atributo de la consciencia.

    El pensamiento es el atributo o esencia del alma o res cogitans. Si dejara de pensar, en ese mismo momento dejaría de existir" (2eMéd.). En el pensamiento tenemos ideas confusas o percepciones que requieren la cooperación del cuerpo, e ideas claras y distintas las cuales tienen su origen en la razón. Un trozo de cera tiene color, olor, dureza, sabor.., si lo calentamos hasta fundirla, cambian todas sus cualidades, pero sigue siendo cera, esto no lo reconozco por los sentidos, sino por el entendimiento, sé que es cera, a pesar de todos las transformaciones que pueda tener, porque capto una cualidad esencial: su extensión. La extensión no depende de los sentidos, pues puede variar con la temperatura. Estas nociones claras y distintas constituyen el objeto del conocimiento. 

    Descartes divide las ideas en ideas adventicias, facticias e innatas.

Ideas adventicias se producen por la acción del mundo exterior sobre nuestros sentidos. Son las ideas que dan lugar al conocimiento sensible.

Ideas facticias son consecuencia del poder de nuestra imaginación. Las construye la mente a partir de otras ideas. Puedo imaginar un ser formado por el cuerpo de un perro y la cabeza de un dragón.

Ideas innatas son las que se encuentran en nuestra mente antes de cualquier experiencia sensorial del mundo. La más importante es la idea de Infinito o Dios. Han sido implantadas en nuestra mente por Dios. Descartes no limitó lo innato a los conceptos, también consideró que hay principios innatos o verdades eternas, por ejemplo: “cosas que son iguales a una misma cosa, son iguales entre sí”, o “de la nada nada sale”. Estas verdades no pueden descansar en la experiencia sino en la razón.
Las ideas innatas no están en nuestra mente siempre a nuestra disposición. El niño no tiene el concepto de Dios. Tenemos una potencialidad innata por la cual conocemos a Dios; la idea de Dios es producida de forma natural por la mente.

Todas las ideas son en un sentido semejantes y en otro distintas: la idea de mesa es semejante y distinta a la idea de color, es semejante en la medida en que ambas son ideas, pero es distinta porque una representa una mesa, es decir, representa una substancia, y otra representa el color, es decir, representa un accidente; la realidad objetiva de cada idea es distinta; podemos hablar de unas ideas más perfectas que otras, perfección que les viene dada de la perfección que cabe atribuir a lo representado en ellas: así la idea de ángel es más perfecta que la idea de libro, porque los ángeles son más perfectos que los libros. 


DESCARTES. Noción 2. Alma y cuerpo. [Apuntes de Filosofía, 2º de Bachiller]

    El alma no es sino pensamiento: es una substancia finita cuyo único atributo o esencia es el pensamiento (juzgar, razonar, querer, imaginar, sentir; todos ellos actos conscientes: pensamiento y conciencia tienen la misma extensión; no hay lugar en el cartesianismo para el inconsciente). Por eso Descartes llama al alma res cogitans (cosa o substancia pensante). El tipo de razonamiento empleado por Descartes para demostrar que el pensamiento es el único atributo del alma se encuentra ya en Galileo: la ficción mental: “Puedo fingir mentalmente que no tengo cuerpo, y que no dependo del espacio (y no por ello dejaría de existir), pero no puedo fingir que no pienso; por tanto, lo que constituye mi esencia es pensar”.

El cuerpo (cualquier cosa material) es extensión: la extensión es su único atributo o esencia. Los modos propios del cuerpo son fundamentalmente, la figura y el movimiento (y reposo). Se acepta, por tanto, la subjetividad de las cualidades secundarias. Hay muchas cosas que hacen que la percepción de los sentidos sea oscura y confusa. Pero todo lo que percibimos clara y distintamente en las cosas corporales, lo relativo a la extensión y el movimiento, están verdaderamente en los cuerpos. La veracidad divina garantiza, lo que Galileo llamaba cualidades primarias. Las cualidades secundarias no sabemos con qué se corresponden exactamente, sólo sabemos que hay algo en los cuerpos que excita en nosotros esas ideas. De este modo, Descartes geometriza el mundo corpóreo pues sus cualidades pueden ser cuantificadas. Este es el mundo de la ciencia moderna.

Descartes emplea como sinónimos las palabras substancia y cosa (res): la substancia es lo concreto existente, lo propio de la substancia es la existencia, pero no cualquier forma de existencia, sino la existencia completa: no necesita de nada más que de ella misma para existir.

Descartes opera como los geómetras al definir la substancia: construye la definición de un modo totalmente a priori (como se construye la definición del círculo, por ejemplo), y no considera que tenga que justificarla. De esta definición se seguirá que sólo Dios es substancia, puesto que las criaturas necesitan de Dios para existir (Dios da la existencia -y luego la con­serva- a todas las criaturas). Pero una substancia finita no necesita, para existir, de ninguna otra substancia finita: el alma, por ejemplo, no necesita del cuerpo para existir; de aquí se sigue, el dualismo cartesiano.

La relación que mantiene nuestra alma o mente con nuestro propio cuerpo es una relación peculiar, distinta a la que mantiene con el resto de los cuerpos. Nos dice que no podemos entender esta relación como la que existe entre un piloto y su nave. La nave es algo exterior al piloto por lo que el conocimiento de lo que ocurre en el barco lo tiene el piloto como lo tiene del resto de cosas físicas. Sin embargo nosotros no experimentamos nuestro cuerpo de la misma manera, pues las modificaciones que éste sufre las sentimos “desde dentro”. Descartes habla de dos tipos de sensaciones, las externas y las internas. Mediante las primeras captamos los otros cuerpos (y el nuestro cuando nos vemos o nos oímos) mediante las internas lo captamos “desde dentro”. Por eso nos dice que el alma se extiende a lo largo de todo el cuerpo, aunque exista también un lugar privilegiado en donde parece concentrarse y en donde propiamente conecta el alma y el cuerpo: el cerebro y particularmente la glándula pineal. Descartes admite que el alma y el cuerpo se relacionan causalmente (cambios en el cuerpo producen cambios en el alma, cambios en el alma producen cambios en el cuerpo). 


DESCARTES. Noción 1. Duda y certeza. [Apuntes de Filosofía, 2º Bachiller]

La evidencia se da sólo en el interior del sujeto; la evidencia se da en la intuición, es decir, en un acto puramente racional por el que la mente ve de modo inmediato una idea. Es evidente que pensamos y lo pensado. El objeto del pensamiento no es evidente.

La razón nos permite conocer la verdad. Pero puede ser desviada por los prejuicios, la precipitación, las pasiones, etc. Sólo se debe aceptar como verdadero aquello que aparece con absoluta evidencia en la conciencia. Las ideas evidentes han de ser claras y distintas. Sólo podemos admitir como ciertas aquellas creencias que han sido revisadas por nuestra razón. El criterio de verdad no depende de algo exterior al sujeto que piensa. La verdad no consiste en la "correspondencia" del pensamiento con la realidad (este es el significado de verdad para la filosofía escolástica), sino que es una propiedad de las ideas, la verdad depende del sujeto que conoce.

Descartes utiliza la duda para llegar a verdades evidentes. La duda cartesiana es metódica, su objetivo es encontrar una verdad que resista cualquier argumento escéptico. En su época había en Francia escépticos que creían imposible el conocimiento. Es universal porque pone en cuestión todos los conocimientos, los del sentido común y los basados en la percepción como los que tienen su origen en la investigación científica, incluida la matemática. El único tipo de creencias que no cuestiona expresamente es el relativo a las verdades religiosas: cuestiona la legitimidad de los sentidos y de la razón pero no trata explícitamente de la legitimidad de la fe y la revelación. Es radical. Descartes no sólo duda de aquello que tras su examen resulta falso, si nos cabe alguna duda, podemos considerarlo como si realmente fuese falso. Es teórica, no debe extenderse a la vida práctica, a la conducta moral.


lunes, 29 de abril de 2013

[Apuntes de Filosofía] NIETZSCHE. Noción III: EL ARTE TRÁGICO Y LO DIONISÍACO

El arte debe ser algo trágico. Es una representación de la vida en toda su plenitud y, por lo tanto, debe responder a los impulsos naturales, a las pasiones, a los deseos, a la voluntad de poder a través de la creación… La imagen descrita por la obra de arte es mucho más fiel a la realidad que la recogida en los conceptos, ya que la obra de arte es dinámica mientras que los conceptos son estáticos. Además, la obra de arte lo muestra todo mientras que los conceptos tan sólo se fijan en aquello que la razón considera verdadero. Mediante el arte podemos destruir los conceptos para sacar de ellos lo poco que queda de realidad y, así, liberarnos de su prisión. El arte, al quedar más allá de lo verdadero y de lo falso, estimula la vida y nos permite sentirla en toda su plenitud. 

La tragedia, para Nietzsche, es el movimiento propio de la vida y la naturaleza. Es contradicción, vida y muerte, salud y enfermedad, alegría y tristeza, razón y locura. Contrarios que luchan entre sí y, a la vez, forman parte de una misma unidad, de un mismo todo. Nietzsche entiende la realidad al modo de Heráclito: todo fluye en un continuo devenir donde los contrarios luchan entre sí como partes de una misma unidad. Por eso, el sentido de la vida es trágico: porque lo incluye todo, bueno y malo, reconociendo que es imposible que escapemos de ello. Sólo aceptando lo trágico seremos capaces de disfrutar de la vida en toda su plenitud. De lo contrario, nos veremos obligados a refugiarnos en la negación de la vida a la que nos conducen la metafísica y las religiones.

La esencia del arte está compuesta por dos fuerzas complementarias: lo dionisíaco y lo apolíneo. Dioniso es el dios del vino, la embriaguez, los instintos, la irracionalidad, los impulsos, las pasiones, el entusiasmo, la vida, la noche, el desorden, la fiesta, la pasión, la unión con la naturaleza… Y la tragedia, representada de manera artística en el teatro, sobre todo en las obras de Esquilo. La inspiración artística, entendida como un acto espontáneo de la voluntad de creación, también está relacionada con el espíritu dionisíaco. Así, el artista trágico es una especie de médium en cuyas palabras se manifiestan los dioses. Apolo, por su parte, representa la luz, la razón, el día, la sobriedad, el trabajo, la forma, la belleza, el orden, la simetría, la proporción, la armonía… Por eso es el Dios de las ciencias, la filosofía y las artes plásticas.

La tragedia es el arte de lo dionisíaco. En ella se representan las pasiones humanas, los actos irracionales, los vicios y las miserias de las personas. La tragedia produce un sentimiento de catarsis, de purificación, en quienes participan en ellas. Tanto los actores como los espectadores experimentan un fortalecimiento de su estado anímico tras contemplar el retrato de la vida en toda su plenitud, sin rechazar ninguno de los aspectos que componen la vida. El arte trágico, dionisíaco, contiene el auténtico espíritu de los antiguos griegos, quines comprendían la esencia de su existencia y disfrutaban de ella sin dejar nada de lado.

por Francisco García Morales
Profesor de Filosofía
 
 

miércoles, 23 de enero de 2013

[Apuntes de Filosofía] LOCKE. Noción I: ESTADO DE NATURALEZA Y REPÚBLICA

El Estado de Naturaleza es la situación previa a la sociedad y a la política, anterior a la agrupación de las personas en un Estado. Representa la condición original de toda la humanidad en su estado más primitivo, antes de la invención de cualquier forma de organización social.

En el Estado de Naturaleza todos los individuos son absolutamente libres e iguales, y cada uno tiene un poder ilimitado para disponer de sí mismo y su propiedad. Las relaciones entre individuos se rigen por la ley natural que cada uno puede descubrir por medio de su propia razón. Esta ley natural establece una serie de derechos fundamentales que tienen todos los individuos: derecho a la vida, a la libertad, a la propiedad privada y al castigo. Si estos derechos fueran respetados por todos los individuos, el Estado de Naturaleza sería pacífico y ordenado.

Los principales inconvenientes del Estado de Naturaleza son los siguientes:

1)    Ausencia de una ley establecida y conocida por todos que nos permita interpretar adecuadamente la ley natural.
2)    Inexistencia de un juez imparcial capaz de decidir cuándo se incumple la ley y qué castigo corresponde a cada delito.
3)    No hay un poder organizado que asegure la aplicación y el cumplimiento de las leyes.

La palabra “república” proviene de la expresión latina “res publica”, que podemos traducir como la cosa pública, el Estado o la sociedad política. Para Locke, la República es el Estado elegido por los ciudadanos que son gobernados, está regido por leyes y su objetivo es el bien común de toda la sociedad y la garantía de las libertades individuales.

La República (o Estado) es una institución social establecida a partir de la siguiente división de poderes: legislativo (poder para hacer las leyes), ejecutivo (poder para hacer cumplir las leyes), judicial (poder para juzgar y castigar) y federativo (poder para regular las relaciones exteriores de la sociedad).

Las personas se unen en una República (o Estado) y se someten a un poder político para poner remedio a los posibles fallos que puedan aparecer en el Estado de Naturaleza, principalmente a la inseguridad y a la subjetividad en la aplicación de la ley natural. Cada individuo cede una parte de sus poderes a la República, por ejemplo, el poder de castigar o el poder para interpretar y aplicar la ley natural: estos poderes quedan en manos de la República (o Estado), quien se encargará de ejercerlos. Conocida la existencia en el Estado de Naturaleza de la ley natural, basada en la razón, ésta es quien hace posible la convivencia social pacífica mediante un voluntario sometimiento de las libertades individuales a un poder superior para que éste las proteja: el Estado.

por Francisco García Morales
Profesor de Filosofía

miércoles, 5 de diciembre de 2012

[Apuntes de Filosofía] SAN AGUSTÍN. Noción II: AMOR A LA EXISTENCIA Y AMOR AL CONOCIMIENTO

El amor a la existencia y al conocimiento es una de las tres verdades irrefutables que San Agustín argumenta en contra de los escépticos: 1) Existo; 2) Conozco que existo; 3) Amo mi existencia y mi conocimiento. Aunque me engañe acerca de los objetos que amo, sigue siendo cierto que los amo.

El amor a la existencia es un impulso natural compartido por todos los seres. Todos tenemos la tendencia a seguir existiendo y huir de la no existencia. Si se nos ofreciera la posibilidad de elegir entre vivir eternamente siendo infelices o dejar de existir, escogeríamos la primera opción. Incluso los seres inertes tienden a permanecer siempre en el mismo estado.

El amor al conocimiento es propio y exclusivo de los seres humanos. Amamos conocer y odiamos ser engañados. Preferimos estar cuerdos e infelices antes que locos y felices, conocer y sufrir antes que ignorar y no sufrir. El resto de seres, aunque no pueden acceder a este tipo de conocimiento, también participan en el mismo a través de su naturaleza física: interactúan con la realidad, ya sea por medio de los sentidos o simplemente por su condición física, y pueden ser conocidos o contemplados por el ser humano.

Siguiendo la tradición platónica, San Agustín considera que la naturaleza humana se compone de cuerpo y alma. El alma es la parte superior, su naturaleza es espiritual y tiende a buscar la sabiduría. El único camino para alcanzarla está en la interiorización, la autorreflexión y la autoconciencia: sólo el conocimiento radical de uno mismo, a la luz de la razón y mediante iluminación divina, podrá llevarnos a las verdades eternas que hay en Dios. Este camino hacia la interiorización, o sentido del hombre interior, hace posible que tengamos la certeza de conocer y amar nuestra existencia.

por Francisco García Morales
Profesor de Filosofía